Las candidaturas independientes en 2016

“¿Y por qué hablas en plural?, ¿quiénes son?”, me preguntan. “Todavía estamos construyendo el grupo”, contesto. Es un plural idealizado, pienso. Es un núcleo de liderazgo, luego vendrán más.

Lo cierto es que llevamos años construyéndolo; conociéndonos, trabajando juntos, creando confianza y sí, también “armando travesuras juntos”. Pero hay que reunirlo ahora bajo un propósito, una visión en común: el Constituyente de la Ciudad de México.

Algunos nos conocimos en la Universidad, estudiamos y/o trabajamos juntos hace muchos años. Otros, nos conocemos de la gran coalición que la lucha contra la Supervía tuvo detrás. Después, nos reunimos en Somos Ciudad de México, que no prosperó. Algunos más fuimos teniendo pláticas sobre la Ciudad y la organización ciudadana que tanto necesitaba. Finalmente, estaba un grupo inter-generacional con valores afines que fuimos construyendo desde hace algunos meses. Luego, constituimos Ruta Cívica, para darle formalidad a lo mucho que se necesitaba.

Y aquí estoy, en medio de toda esa historia, intentado construir las distintas sillas: el Consejo, el equipo, la plataforma, la red de contactos, los voluntarios, la red de donantes… y al final, sí, al final, los candidatos de un colectivo.

Escribe Mara:

Nos entusiasmó la propuesta de conformar una fórmula de 5 candidatos y suplentes ciudadanos, compartiendo una sola plataforma, para disputarle a la partidocracia el monopolio de las formas y fondo del proceso Constituyente de la Ciudad de México.

Un segundo objetivo, pero igual de importante, del proceso será romper con la idea de que las candidaturas independientes son sinónimo de caudillismo y monstruos que son una figura que pueden utilizarse para revitalizar nuestra capacidad de organizarnos en redes de colaboración horizontal para participar en lo público. Como tercer objetivo, ese esfuerzo busca colocar temas prioritarios de la agenda ciudadana que los partidos han dejado de lado como son el combate a la impunidad, la participación ciudadana, entre otros.

Así las cosas, convocamos a quienes se sientan tan entusiasmados como nosotros a una reunión para continuar desarrollando esta iniciativa con la construcción de un eje rector de la propuesta que haremos a la ciudadanía, así como los temas prioritarios que impulsaría la plataforma, además de acordar el procedimiento para elegir candidatos.

Los diálogos en Monterrey

Me toca ser una observadora de los momentos íntimos. Las tensiones entre las instituciones y los caudillos, las lealtades, la inspiración y el magnetismo de las historias, de la persona.

Llevamos tres días de taller. Es nuestro primer taller de “Liderazgo Constructores de Puentes”. Es emocionante, estamos creando lo que posteriormente bautizaremos como los “Acuerdos del Desierto”.

Y entre lo mucho que pasa, me siento con los chavos de redes y con Manuel a oir su historia. Desde Vía Ciudadanía, la veníamos construyendo y ellos aprovecharon la coyuntura y la concretaron. Se relata cómo se construyeron las redes, el aire, y junto con la tierra. La fiesta del cabrito. “Fue realizar un sueño de juventud”, concluye.

Se discute co-gobernar con la gente, con mucha dedicación, sacrificio, servicio y lealtad al individuo, al equipo, a ser parte de un gran proyecto, pero no se mencionan las reglas, los procesos, los sistemas, aquellas tareas que no se ven, que son impersonales, que no inspiran ni entusiasman pero hay que hacerlas.

Me preocupa en este contexto tan desigual, en las identidades y narrativas tan divididas, lo que puede pasar. Es fácil, es inevitable la narrativa de nosotros, los jodidos y ustedes, los riquillos. Algunos riquillos están con los jodidos, la gente primero, la prioridad es que jodidos y riquillos, el centro ideológico, el cambio de prioridades para sostener las instituciones. No puedo dejar de pensar en Alan Knight y sus definiciones de populismo, neopopulismo.

Me siento pacientemente a escuchar el “Plan social”, plagado de buenas intenciones: la escuela en el centro, la gente primero (se repite constantemente), que el chavo no abandone la escuela, todos los programas integrados y la red de intermediarios (que personalmente me asusta). La política social requiere de tecnocracia: diagnósticos, información junto con diseño e implementación.

Escuchar, dialogar, sentir y explicar/argumentar

Es un ejercicio que nos conmueve a todos. El ejercicio de gobierno no es fácil, el ejercicio de escuchar e interactuar con la ciudadanía es más que complejo. Al final de taller, tengo sentimientos encontrados. Me encanta este trabajo, pero quiero estar del otro lado. Quiero que alguien haga este taller con nuestro grupo. Comienzo a buscar, por un lado, mi reemplazo y, por otro, alguien que trabaje así con nuestro grupo.

Y de regreso al centro

“Qué bien se siente regresar a esto”, con ello resumía tres días de citas, pláticas y discusiones en el INE. Del “no se nos había ocurrido”, “ya lo intentamos, no lo quieren aceptar”, uno comienza a ver cómo las propuestas mueven las decisiones, se abren las mentes, se escribe, se hacen las instrucciones…. comienza a andar la rueda del cambio de reglas. La coyuntura y urgencia, el plan, hablar con los correctos, los mensajes claves, el intercambio de ideas, los aliados internos. Es una labor de equipo en un par de días. ¡Qué bien se siente regresar a hacer incidencia!

La hora del rio

Todos se ríen ante mi sueño: “Mi primer proyecto será el rio abierto. Ese rio que hoy es drenaje, que conecta a Contreras con Coyoacán, y luego termina en Churubusco y el Gran Canal. Será por partes, y el primero será en Panzacola, ese retrato de Velázquez, con cafés y una gran calle peatonal”.

Me gusta mucho tenerlos cerca, ayuda acompañarnos.

Varias cenas y muchos años detrás, David pregunta: “¿Y tú, qué?”.

Sólo me atrevo a decir: “quiero hacer política, la nueva política (whatever that means). Pero no la quiero hacer sola, quiero dedicar los próximos años a construir grupo, los grupos con quienes quisiera hacer política y alinear visiones y proyectos políticos, trabajar los estilos de liderazgo y los propósitos”

Estos años de armar redes y coaliciones me han enseñado dos cosas: 1) Las personas tienen que apropiarse de sus decisiones y responsabilidades. 2) Los procesos colectivos requieren trabajo, hacer y dejar hacer, que otros se sientan obligados, iniciar incendios, mantenerlos conectados, prendidos los fuegos e impulsados sobre todo por dentro.

Synergos me ha ayudado a pensar que esto es lo que quiero hacer, que lo quiero hacer lento pero con prisa. Y que los colectivos y grupos se construyen con confianza y diálogo honesto, que se mantienen juntos porque esa pasión individual puede compartirse y regenerarse, apoyarse mutuamente.

Hace muchos años Peggy leyó esta poesía, que Miguel la acaba de oir. Me dijo mucho hoy y quiero volver a decirlo con ustedes:


La hora del lobo solitario acabó, es la hora del grupo.

Articular, entretejer y construir de manera colectiva.